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viernes, 24 de octubre de 2014

¡Ya sabemos cómo era el enigmático dinosaurio de las "manos terribles"!


Por Daril de la Nuez

El apasionante mundo de los dinosaurios no deja de ofrecernos periódicamente noticias curiosas e interesantes acerca de nuevas especies descubiertas, nuevas revelaciones de la evolución, etc. Ahora, un equipo de científicos acaba de anunciar nuevas e importantes revelaciones sobre uno de los más enigmáticos de estos reptiles, el conocido como dinosaurio de las “manos terribles”, a raíz del hallazgo de nuevos restos fósiles. Veamos de qué se trata.

Un dinosaurio descubierto hace casi medio siglo


La especie de la que hablamos recibe el nombre de Deinocheirus mirificus, y es un dinosaurio terópodo que fue descubierto en 1965 por un equipo de paleontólogos de Polonia y Mongolia en el desierto de Gobi, situado en este último país.

Los restos eran en realidad muy pocos, apenas unas costillas, algunas vértebras y partes de sus extremidades superiores, que resultaron lo más llamativo sin dudas. La razón era su tamaño, pues estas medían nada menos que 2,4 metros de largo, convirtiéndose en ese momento y hasta hoy, en las extremidades anteriores más grandes que se conozcan para un animal bípedo, como pudo deducirse que era el andar de este dinosaurio al analizar los escasos restos. De hecho, el nombre científico de este animal que vivió hace unos 70 millones de años podría traducirse aproximadamente como “extraña mano terrible”.

Los nuevos fósiles descubiertos y sus revelaciones


Por fortuna, en los años 2006 y 2009, dos expediciones dirigidas por científicos coreanos y mongoles descubrieron nuevos restos de este dinosaurio en el desierto de Gobi, que permitieron por fin resolver el enigma que había intrigado tanto tiempo a los científicos: como era físicamente este reptil y donde encajaba en el complejo árbol evolutivo de los dinosaurios.

Según ha publicado Nature, estos hallazgos, que fueron completados con otros materiales conservados en una colección privada en Europa, entre las que se encontraban una pata, una mano y un cráneo, permitieron conocer que Deinocheirus era un ornitomimosaurio, es decir, era semejante a las aves, presentaba un largo pico de pato y una notable joroba en su espalda. Su cráneo medía algo más de un metro de longitud y, por su aspecto físico, parece ser que estaba bien adaptado a vivir en hábitats asociados a ríos y lagos, y debió ser un gran consumidor de alimentos de origen vegetal. No obstante, no se puede calificar como herbívoro estricto ya que se encontraron también restos de pescado en el interior.


Otros rasgos que ahora se han conocido es que esta enigmática criatura prehistórica era muy corpulenta y tenía unas caderas muy voluminosas, por lo que se deduce que no se destacaría precisamente por sus movimientos rápidos, a pesar de estar emparentada con el velociraptor y los tiranosaurios. Su tamaño en estado adulto alcanzaría los 11 metros de largo, 5 de altura y su peso rondaría las seis toneladas.

Con todas estas revelaciones, ya podemos hacernos una idea de cómo luciría en vida este hasta ahora enigmático dinosaurio de brazos gigantescos que tanto había intrigado a los científicos.




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