Por Daril de la Nuez
La urbanización a gran escala de los espacios naturales, sobre todo la construcción y ampliación desmedida de las ciudades, suele tener un evidente efecto negativo en los ecosistemas naturales en los que se emplazan. Aunque para un gran número de especies la presencia de una urbe implica una migración forzosa, para algunas representa cierta ventaja y puede incluso cambiar aspectos básicos de su conducta o su físico.
Este último caso es el de una conocida araña australiana que, según se ha descubierto, suele crecer e incluso ser más fértil cuando vive en las ciudades que en su ambiente natural en el campo y los científicos creen saber por qué. Simplificando el hallazgo, podría concluirse que las arañas de ciudad son cada vez más grandes.
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