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martes, 19 de agosto de 2014

¿Qué dice la ciencia de los asombrosos agujeros aparecidos en la tundra siberiana?

Por Daril de la Nuez

Cada año en todo el mundo se producen en el medio natural fenómenos que despiertan la curiosidad de millones de personas. Por su rareza, su apariencia, la forma o el lugar en que se originan, entre muchas otras causas, en no pocas ocasiones comienzan a generarse inmediatamente múltiples teorías que si bien pueden ser lógicas, en algunas ocasiones llegan a rozar la fantasía. Por ello, lo más sensato suele ser esperar los resultados de las investigaciones realizadas por los expertos de la materia en concreto, como ha ocurrido recientemente con el descubrimiento de unos insólitos cráteres en varias zonas de la tundra de la remota Siberia.

El primer agujero hallado



El primero de estos enigmáticos agujeros fue descubierto por helicópteros rusos que sobrevolaban el extremo norte de Siberia, más exactamente la región conocida como Yamal, que en la lengua nativa significa “fin del mundo”. En un inicio el agujero aparentaba ser enorme, de casi 100 metros de diámetro y una profundidad que a juzgar por las imágenes era muy grande, lo que dio lugar a rápidas especulaciones.

En un principio, la rareza del agujero hizo creer que se trataba de una broma creada digitalmente para crear un fenómeno viral en las redes, pero el ejército ruso y los científicos que se desplazaron a la zona confirmaron la existencia del mismo, que aseguran no existía hace pocos años atrás.

Según la primera expedición de científicos que se desplazó a la zona, el agujero tiene entre 50 y 70 metros de profundidad y su diámetro es complicado de determinar porque es más oval que cilíndrico, pero al parecer oscila entre los 30 y los 60 metros. En el fondo se ha encontrado un lago helado que se está descongelando lentamente con el avance del verano.

¿Qué ocurrió realmente en Siberia?


Las primeras teorías sobre el origen del primer cráter encontrado hablaban de la caída de un meteorito, la prueba de un potente misil, la explosión desde el interior de un cóctel de gases dilatado como consecuencia del calentamiento global e incluso de la incursión de extraterrestres, entre muchas otras de mayor o menos credibilidad. ¿Pero que dicen los científicos?

Según ellos, a pesar de su aparente rareza, la formación de estos agujeros es un fenómeno natural que puede haber sido consecuencia de fuerzas internas de la tierra y no externas como algunos se han aventurado a decir. Pero no se trató de explosiones internas, ya que no hay pruebas en el lugar de que se haya liberado calor en su formación, sino que más bien pudo responder a un proceso de expulsión del permafrost, el suelo helado perpetuo que cubre gran parte del territorio siberiano. Si está relacionado o no con el calentamiento global es algo que aún está por determinar con seguridad, pues es muy temprano para aventurase a tal conclusión, según los expertos. No obstante, no sería nada descabellado relacionar ambos fenómenos y ya aparecen publicaciones que afirman el vínculo existente.


Ahora se están repasando miles de imágenes satelitales para confirmar cuando pudo producirse el hundimiento del terreno que produjo los agujeros hallados, aunque según las pruebas realizadas en el lugar se estima que son muy nuevos, quizás se originaron hace apenas un año o dos.

Al parecer este fenómeno no es nuevo en la región, y es posible que haya sido responsable de la formación de numerosos lagos en Yamal hace unos 8000 años atrás. Por lo tanto, no sería muy desacertado pensar que quizás estemos siendo testigos de un recomienzo de esta actividad natural en tan inusual y mágico paraje de nuestro planeta.


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